En julio de 2018, accedí a la presidencia de la Banda Primitiva con el firme convencimiento de que nuestros representantes políticos eran, dentro de unos márgenes aceptables, neutrales en cuanto a su pertenencia a una u otra sociedad musical.
Después de tres años como presidente, puedo afirmar, con gran tristeza, que esto no es así y que cuanto mayor es su responsabilidad, mayor es el grado de desviación. Eso sí, siempre con la coletilla “las dos sois iguales”; aunque esto solo se aplica siempre para igualar a la Unión Musical.
En mis tres años como presidente, he tenido la gran suerte, la tremenda responsabilidad y al mismo tiempo el gran honor, de serlo el año de la celebración de nuestro bicentenario.
En estos tres años, he tenido que convivir con un alcalde de la Unión Musical y una corporación municipal que, en todo momento, ha tomado sus decisiones basadas más en no molestar o perjudicar a nuestra sociedad rival, que en aquello que objetivamente se tenía que valorar.
Y no digo esto en base a un fanatismo rancio y anticuado como utilizan otros, no. Lo afirmo con datos en la mano. Primero estuvo la decisión municipal de paralizar institucionalmente el expediente para la solicitud de la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas artes para la Banda Primitiva, que concede anualmente el Ministerio de Cultura; exclusivamente por un escrito de la Unión Musical donde, entre otras cosas, renegaba de su propia historia.
Y este no es el único agravio. El Ayuntamiento ha omitido deliberadamente la fecha de fundación de nuestra banda, tanto en la declaración institucional de las Cortes Valencianas, promovida desde Llíria; como en los diferentes folletos y declaraciones del ayuntamiento y de la oficina de Turismo para la declaración de Llíria como ciudad creativa. Y lo que es peor, se dio a entender que los 200 años de la música de banda son gracias a la Unión. Afortunadamente, ese agravio fue restablecido el día que Llíria fue declarada Ciudad Creativa de la Música por la Unesco. Ese día todos los medios informativos - desde la SER al Levante - nos nombraban en los titulares, como los verdaderos valedores de la candidatura.
Pero, continuamos. La Primitiva inició los trámites necesarios ante presidencia de la Generalitat para la obtención de una subvención para poder llevar a cabo los actos programados para la celebración del Bicentenario. Cuál fue nuestra sorpresa cuando, una vez pactada la ayuda, los políticos locales se movieron para que la suma se repartiera entre la Unión y la banda de la UDP. Pero era año electoral, ya se lo pueden imaginar.
Cómo dice el dicho, no hay dos sin tres. El año 2019, el año del bicentenario del Clarín, el Ayuntamiento de Llíria no fue capaz de declarar este año como el año del Clarín, como sí que lo hizo con el del centenario de la declaración de la sangre como monumento nacional. ¿Un gran acontecimiento destacado y otro no? Si esto no era poco, el consistorio aprobó la concesión de la Medalla de la Ciudad para el Clarín y a la Unión, en el año de nuestro aniversario. A nuestro pesar, aceptamos la medalla por mera responsabilidad.
Aquellos que tanto han levantado la voz en favor de la igualdad y la neutralidad, ahora están callados. Y es que, hace unos días, se propuso conceder el premio Jaume I a la presidenta de la Unión. ¿Ahora solo a una sociedad? ¿Por qué no se busca un premio para los dos? Callan porque es a su favor. No quiero ninguna distinción personal pero, tal vez, ¿reconocer a nuestra escuela por la implicación en programas de integración social, por ser un centro integrador? No, ahora esto de las compensaciones no corresponde.
Lejos de los grandes hitos, en el día a día, el trato con la administración local tampoco ha sido igualitario, siempre echando para el otro lado. Desde el consistorio, han querido compensarlo, con buenas palabras, con promesas de futuro, con venta de humo, pero que al final se desvanecen. Finalmente, después de muchas quejas, parece que se compensará todo aquello que, a lo largo de los últimos tiempos, se ha destinado de más a la Unión; aunque los desagravios continúan este 19 de septiembre.
¿Y cuál ha sido la actitud del Clarín ante este trato desfavorable? La colaboración continúa - que mantenemos siempre y a día de hoy - para trabajar por el bien general. En nuestro ADN está el trabajo en común, el esfuerzo, el perfeccionamiento, la educación, el sacrificio, la responsabilidad y sobretodo el amor por todo aquello que nos han inculcado y dejado nuestros antepasados. Esto nos alienta para trabajar para y por el Clarín, para hacer más grande si cabe nuestra gran sociedad, sin fanatismos y nunca - y digo nunca - contra nada ni nadie.
Recientemente hemos tenido cambio en la alcaldía, tenemos un nuevo Alcalde y por esta razón quiero en primer lugar felicitarlo por esta nueva responsabilidad y rogarle encarecidamente que en sus decisiones como alcalde sea, en todo aquello que concierne a las sociedades musicales, lo más objetivo y neutral posible.
Y para acabar, quiero dirigirme a la corporación municipal y hacerles llegar dos ruegos. Este año se cumplen 100 años del nacimiento de un ilustre edetano, Juan Vicente Mas Quiles; y entiendo que, igual que en su momento se hizo un merecido homenaje a otro personaje ilustre en su centenario, el ayuntamiento se plantee rendir el merecido homenaje y dedicarle alguna de sus calles, plazas o espacios públicos. Y en segundo lugar, que se entienda el motivo del agravio que se viene produciendo, a nuestro entender entre nuestras dos grandes sociedades musicales y que, en el futuro, prevalezca por encima de todo la razón, la responsabilidad y la coherencia en la hora de la toma de decisiones.
Que el ADN clarinero impregne todas nuestras acciones.
¡Viva la Música!